El gran cocinero peruano Diego Muñoz lleva las sartenes en el restaurante más glamuroso de Manhattan donde ha puesto una carta que recorre el Perú desde el mar del norte hasta los escarpados Andes pasando por la siempre misteriosa y poco conocida Amazonía. Evidentemente tiene algunos guiños a la cocina internacional, pero sin duda alguna el ADN es peruano. 

Popular ocupa el primer piso del Public Hotel, un amplio espacio con techo abierto, rodeado de plantas y jardines. Los platos más demandados son los cebiches, tiraditos, saltados o causas, aunque también el lomo saltado, los anticuchos de res y el ají de gallina tienen activa fanaticada. En la cumbre del firmamento están los piscos servidos en La Cantina & Pisco Bar, una extensión de la cocina donde la variada coctelería se basa en 21 etiquetas diferentes de nuestro famoso aguardiente de uva. Amén de cocteles en la barra de crudos de La Cantina se preparan cebiches, tiraditos y sashimi al momento con un toque de espectacularidad que el ambiente reclama.

La responsabilidad operativa recae en el famoso chef y restaurador John Fraser (una estrella Michelin) que dio a las verduras un protagonismo especial en su restaurante Dovetail, actualmente cerrado. La dupla está llena de ideas y propuestas en el competitivo mundillo gastronómico de Nueva York.

El Public Hotel fue concebido por Ian Schrager visionario empresario cocreador de Studio 54 a quien se atribuye la creación del concepto “hotel boutique”. Ubicado en el Lower East Side o Loisaida como lo llaman los latinos, esta zona, que originalmente recibió a inmigrantes y obreros, tuvo un proceso de gentrificación a partir del 2000 y se llenó de tiendas de diseño, restaurantes, galerías de arte y edificios de apartamentos modernos. La vecindad con el New Museum (nombrado como una de las Siete Nuevas Maravillas del Mundo por Condé Nast Traveler) que reabrió sus puertas en el 2007 en el barrio de Bowery lo terminó de situar como uno de los points más atractivos de la ciudad.

A partir de las 10 de la noche la música latina invade el local y llega hasta el espectacular roof del Public Hotel al que se accede a través de una escalera eléctrica de colores fosforescentes. Con una vista privilegiada de 360 grados, DJ de todo el mundo y coctelería variada el lugar es de visita indispensable.

Y para reiterar la audacia y sentido del espectáculo que tiene Ian Schrager está el Bar Diego en homenaje al muralista mexicano Diego Rivera quien en 1933 fue contratado por el millonario Nelson Rockefeller para pintar un mural en el hall de entrada del edificio que luego se conocería como Rockefeller Center. Diego diseñó el boceto llamado El hombre controlador del universo y cuando estaba a punto de terminarlo se le ocurrió incluir un retrato de Lenin. Rockefeller montó en cólera, le ordenó al pintor eliminar la imagen, Rivera se negó y el millonario se tumbó la pared y el mural. Felizmente algún curioso tomó una fotografía del mural que se reprodujo en México y se exhibe en el Palacio de Bellas Artes. Ian también mandó a hacer una réplica que ahora ocupa una pared del mencionado bar.